Con Carlos y los nenes
Enero 2006
Happiness
Aguamarga
Pedaso haymah
Pa´la sed
El desierto
Es delicioso estar en el desierto en buena compañía. No faltaron cervecitas, chucherías y risas. Nos regalamos horas de agridulce infinito, la alegría fue divina y única, leyendo en el espejo de sus ojos lo absoluto del amor terrenal, y en los horizontes de tierras secas y hasta en las estrellas más alejadas también se vislumbran dichas venideras. Hay algo mágico en el desierto que te inunda el alma de un polvillo fino y dorado, que te llena de paz y serenidad.
Le encontré una mañana en mi vagabundear por tierras extrañas, estaba sediento, sucio ...y a mi me sobraba agua, le llevé a mi choza, limpié sus heridas, calmé su sed que parecía insaciable, pedía a gritos que alguien le parara, pero no quise , al aire no se le puede meter en un globo, lo sé porque yo también le pertenezco y conozco sus caminos; al pricipio parece reaccionar de forma positiva por la novedad del colorido y la seguridad que aporta estar encapsulado, hace como que está feliz y ufano con su nueva condición de "aire atrapado" al que se le permiten pocas o ninguna pirueta, pero tarde o temprano se escabulle por una rendija y vuelve a jugar en las crestas de las dunas...ese es el aire que me gusta a mí.
"Incítame y me verás brillar", decía Habibi. "Va mejorando" pensaba yo. Pero las cosas buenas son efímeras y cuando sus heridas curaron desapareció tras la bruma de las palabras. Volverá, tal vez, y siempre será bienvenido.
La felicidad es ...una estrella fugaz.
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